La poesía en sí tiene "verdades", ya que reclama nuestro ser más auténtico, pero también nos hace ser lo que no somos ni llegaremos a ser en la vida inmediata, porque la poesía es mágica, hace que el mundo adquiera otros rasgos que de alguna extraña manera se pueden tomar como lo que puede ser su verdad, pues el mundo necesita hablar, y habla con los labios de la poesía.